Arion y sus amigos, ahora con Liú Bèi y sus colegas, marchan a la mansión de Zhūgě Liàng. Nada más entrar Guān Yǔ y Zhāng Fēi se ven controlados por Zanark, quien les desafía a un duelo de fútbol, con la ayuda de nuevos enemigos jamás vistos hasta ahora. Liú Bèi, que se suponía era el portero, deja abandonada la portería, pero el equipo logra solucionarlo.