Sorey se arma con Zaveid, Edna, Mikleo y Lailah, usando todos sus poderes en una forma de armatización definitiva en una batalla final contra Heldalf, que se había convertido en una bestia monstruosa. En una dura batalla, Sorey es capaz de derrotar a Heldalf, liberándolo de la forma monstruosa, pero sigue siendo el Señor de la Calamidad. La malicia usa el Heldalf golpeado como un recipiente hueco para usar. Sorey promete liberarlo de este destino y ataca nuevamente, sumergiéndolos a los dos en un río subterráneo.