Las grandes religiones monoteístas de cristianos, judíos y musulmanes tienen un origen común en el creciente fértil de Mesopotamia. Y es aquí, en medio de la aridez, de las tormentas de arena de los desiertos del moderno Irak y de las actuales naciones del golfo Arábigo, donde debemos buscar el esplendor de los antiguos Imperios de Mesopotamia.