Año 650 SC. Europa languidece en la Edad Media; Londres no es más que un pestilente revoltijo de chozas de madera. Mientras, en el otro lado del mundo, brotando de las entrañas de los bosques tropicales de América Central, las altísimas pirámides de piedra, las concurridas plazas, los campos de pelota y los majestuosos templos de los antiguos Mayas proporcionaban la evidencia material de las conquistas de una civilización de deslumbrante poder y satisfacción.