En la época prehispánica los pastores aborígenes utilizaban largas varas con las que salvaban los obstáculos del terreno, según refieren las crónicas. Durante siglos pervivió esta costumbre entre los pastores canarios. Estos palos, que fundamentan el salto del pastor, reciben distintos nombres según la isla: lanza, asta, astia, garrote, lata. Israel Fernández, herrero, nos introduce en la fabricación del regatón. Talio Noda reflexiona sobre el futuro de esta actividad convertida en deporte.