Dieciséis años después del fallecimiento de Rocío Jurado, la artista chipionera ya tiene un museo con su nombre en la localidad gaditana que la vio nacer. Su deseo ya es una realidad tras años de desencuentros familiares. En este episodio vamos a descubrir que Rocío Carrasco jamás se ha opuesto a la apertura de ese museo, nunca ha puesto trabas ni condiciones económicas para ello a pesar de lo que ha dicho su familia mediática. Rocío va a demostrar, con papeles, que lo único que ella ha querido es que el nombre de su madre, el museo con el que se la homenajea, no esté relacionado con corrupción ni intereses económicos o políticos, y no ha sido fácil.